Adolescentes y alcohol, peligrosa combinación

Coma etílico, daño hepático, daños en el desarrollo cerebral y pérdida de neuronas, problemas de aprendizaje, daños en el aparato digestivo, problemas en el sistema circulatorio.
Conductas de riesgo asociadas al consumo del alcohol, como embarazos no deseados, comportamientos violentos y abusos sexuales, ya sea como víctima o como abusador, accidentes de tráfico, exposición a situaciones peligrosas y consumo de otras drogas. 
Estas son sólo algunas de las consecuencias que puede tener el consumo del alcohol en los adolescentes. A mi me da mucho que pensar.

Así todo y con estos datos en la mano, en muchos casos, nuestra sociedad sigue mirando hacia otro lado y sigue considerando el alcohol como algo socialmente admitido, minimizando la gravedad de su consumo en adolescentes (y adultos), quizá en algún caso comparando con los efectos de otras sustancias como la Marihuana o la Cocaína.

Los adolescentes se encuentran en un momento evolutivo complicado en el que se produce la creación de la propia identidad y donde se busca hacerse individuo diferenciado del núcleo familiar e integrarse en un grupo social.

Es en el contexto de esta búsqueda de su lugar en el grupo es donde suele comenzar el consumo de alcohol, las estadísticas sitúan el inicio de este consumo en torno a los 13 años.  
Es muy difícil evitar que este consumo se produzca si nuestr@s hij@s deciden hacerlo, pero está en nuestra mano educar para que tomen buenas decisiones. 

¿Qué podemos hacer como padres?

- Educar con el ejemplo. Los hábitos llevados a cabo dentro del entorno de la familia son cruciales a la hora de prevenir o fomentar el consumo del alcohol.

- Dialogar mucho con nuestr@s hijos, generar en la familia un buen ambiente de comunicación, donde todo se pueda hablar. Pincha aquí si quieres saber más sobre comunicación en la familia.

- Fortalecer la autoestima de nuestr@s hij@s, a mayor autoestima menor posibilidad de ser arrastrado por el grupo y que sean capaces de tomar sus propias decisiones. (Aquí tienes más sobre autoestima y adolescentes)

- Conocer a los amig@s de nuestros hij@s, puedes ser bueno ofrecer de vez en cuando nuestra casa para que puedan ver una película o comer una pizza junt@s y así ver sus interacciones y conocer con quién se mueven.

Negociar horarios para las salidas nocturnas, tener claro que siempre nos van a decir que sus amig@s salen más tiempo. Aplicar nuestros propios criterios sin miedo. Suele ser bueno hablar con ell@s a la vuelta, preguntarles dónde han ido y con quién han estado. Esta conversación  posterior a la salida nos puede dar pista de si ha habido algún consumo y podremos dialogar sobre ello, en algún caso mejor al día siguiente.

- Fomentar un ocio sano, desde la práctica deportiva a la pertenencia a un grupo de tiempo libre como podría ser por ejemplo un grupo scout. Este tipo de grupos potencia un ocio diferente, alejado del consumismo y centrado en la educación de la persona en autonomía y responsabilidad. 

Supongo que se os ocurrirán muchas cosas más, os animo a que comentéis  vuestras sugerencias y experiencias para mejorar entre todos en esta maravillosa tarea de educar.




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