Negociando horario con los adolescentes

No sé si os habrá ocurrido ya, pero yo ya estoy en la etapa de negociar la vuelta a casa, y es realmente agotador...
Nuestr@s hij@s adolescentes han ido adquiriendo autonomía ya desde primaria, empiezan a sacar al perro, van a por el pan, hacen pequeños recados por el barrio, van hasta la casa de un amigo, comienzan a ir solos al colegio, cogen un autobús... hasta que, normalmente alrededor de 2º- 3º de la ESO, comienzan las salidas con amigos. Si tu hij@ comienza a salir con sus amig@s sin haber dado antes estos pasos de autonomía es posible que algo esté fallando.
Los adolescentes son negociadores por naturaleza, cuando eran pequeños no discutían las normas, pero ahora comienza la edad de cuestionarlo todo, empezando por su propia personalidad y acabando en nuestra autoridad. El grupo empieza a ejercer poder sobre ell@s, en algunos casos hasta el punto de que hacen cosas que no querrían hacer. (Echa un vistazo aquí a mi artículo anterior sobre adolescentes y autoestima)
Es normal que nos cuestionen y negocien, ya no podemos hacer las cosas de la misma manera que cuando eran niños, nuestra autoridad sale "a debate" y empezamos con pequeños chantajes afectivos del tipo "tod@s mis amig@s se van a quedar mucho más tarde". Es importante que cuando lleguemos a este momento tengamos claro cómo queremos afrontar esta cuestión, para que nuestra respuesta sea clara y segura. No olvidemos que aunque sean adolescentes siguen aprendiendo con nuestro ejemplo y mostrar seguridad es fundamental para que ellos sean personas seguras también.

Pequeños consejillos:
- Aceptar la negociación siempre que no vaya en contra de nuestros principios, es decir, podemos hacer pequeñas concesiones sin cambiar lo fundamental.
- Después de un enfado o discusión con nuestr@s adolescentes no tomar decisiones, puesto que es posible que si reaccionamos en caliente luego tengamos que cambiar de opinión, lo que hará que no nos mostremos nada seguros ni coherentes.Por tanto, podemos decirle que hablaremos del tema en otro momento.
- Intentar madre y padre estar de acuerdo con el criterio a seguir y por supuesto no discutir entre vosotros delante del adolescente, esto le hará ver vuestra inseguridad e intentar manipular la decisión en la siguiente ocasión.
- Recordar siempre que nos toca ejercer de madres y padres por duro que nos parezca, no podemos ser amigos de nuestros hijos porque eso les dejaría huérfanos, y aunque a veces pueda no parecerlo, nos necesitan y necesitan nuestros límites y consejos. Así que no decaigas en el ejercicio de tu responsabilidad, lo fácil es convertirse en colega, lo complicado es seguir aguantando la cuerda que ellos van tensando, pero os aseguro que necesitan que sigamos manteniendo esa tensión, les hace sentirse seguros y queridos y les ayuda a madurar.

Mucho ánimo y a continuar en la apasionante tarea de educar.






Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Cómo hablar de la muerte a nuestros hijos?

Afrontar un suspenso

Familia y escuela ¿todos a una?