Consecuencias de la sobreprotección

Parece que la sobreprotección se está convirtiendo en una de las peores epidemias de la actual generación de padres. Los especialistas en el tema, como Eva Millet, hablan de madres/padres helicóptero (que sobrevuelan permanentemente a sus hijos), madres/padres apisonadora (que en vez de preparar a su hijo para el camino preparan el camino para su hijo), madres/padres guardaespaldas (¡a mi hijo ni le toques!), padres/madres manager (esos que quieren un/a super deportista de élite en su vida y saben más que los entrenadores/as), los padres/madres bocadillo (que persiguen a su hijo con el bocadillo o un tupper de fruta por todo el parque para que no "se muera de hambre") etc. En cualquier caso, el problema es el mismo, la sobreprotección.
¿Y qué hay de malo en proteger a nuestros hijos?, pues obviamente nada, nuestro deber como padres y madres es protegerlos y ayudarles, teniendo como objetivo final la adquisición de autonomía.
La sobreprotección ocurre cuando no somos capaces de proteger y de dar autonomía  a la vez. Y esto puede tener consecuencias nefastas:

1. Podemos estar generando personas agresivas, por su baja tolerancia a la frustración, cuando en algún momento reciben un NO reaccionan con ira, enfado e incluso agresividad.

2. Seguramente serán también personas miedosas, les hemos grabado a fuego todos los posibles peligros que les pueden ocurrir, incluso aquellos sumamente improbables, por lo que pueden convertirse en personas atemorizadas, con dificultades para hacer una vida normal y afrontar las dificultades cotidianas.

3. Podrían convertirse en personas dependientes, como siempre han tenido la sensación de que alguien les soluciona todo y está siempre pendiente de que no cometa ningún error, es posible que necesiten una figura protectora de la que depender toda la vida.
Imaginad a estos niños hiperprotegidos dependiendo de sus amigos..., de sus parejas...., con todas las consecuencias negativas que se os ocurran, claro. Desde la dependencia emocional, hasta la caída en adicciones, pasando por una baja autoestima.

Ya lo comenté en otro artículo, la baja autoestima puede llevar a nuestros niños y adolescentes a problemas de aprendizaje por la falta de confianza en sí mismos y dejarse llevar por el grupo.

Si te descubres en alguno de estos modelos de hiperprotección aún estás a tiempo de cambiar de tercio y empezar a potenciar la autonomía de tu hij@, nunca es tarde.
Merece la pena seguir intentando esta apasionante tarea de educar.






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