Tolerancia a la frustación

Como tod@s bien sabréis por propia experiencia la frustración es aquello que sentimos cuando no salen las cosas como las habíamos planeado. Teníamos un deseo, un proyecto, una necesidad... y no se llega a cumplir. Es entonces cuando aparece la frustración.
Ante la frustración podemos sentir enfado, tristeza, angustia, ansiedad etc. Pero es cierto que cada uno podemos reaccionar de manera diferente según nuestra personalidad, aprendizaje y experiencias previas.
Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que nos vamos encontrando en la vida a pesar de las molestias o incomodidades que pueda suponernos.  Por tanto la tolerancia a la frustración es una actitud que puede trabajarse y desarrollarse. 
No debemos confundir la tolerancia a la frustración con la tolerancia al fracaso, no es lo mismo.

Yo vivo con la sensación de que nuestros hij@s están perdiendo la capacidad de deseo porque les damos "todo" casi de manera inmediata, y por tanto pierden el deseo y la ilusión. ¿No os ha pasado preguntarles qué van a pedir a los Reyes o qué quieren por su cumpleaños y que te contesten con un aburrido, "NO SÉ"?. Pues para mi eso es un indicativo de que estamos educando en una baja tolerancia a la frustración. 
Cuando deseas algo y tienes que esperar, estás también aprendiendo a tolerar la frustración, y al contrario, cuando tienes todo, vas perdiendo esa capacidad de tolerar la frustración.
Ser capaz de tolerar la frustración nos hace más felices y obtener un mayor éxito en la vida, por eso creo que es muy importante ayudar a nuestros hijos a convivir con la frustración. 
¿Cómo podemos hacerlo? : Pues básicamente evitando la sobreprotección y no abusando de la permisividad.

Algunas sugerencias:

1. Dar ejemplo: Actitud positiva ante la adversidad es el mejor ejemplo para ayudarles a resolver sus problemas.
2. No darle todo hecho: El niño y el adolescente deben aprender a resolver sus problemas, y no pasa nada si no lo hacen de forma perfecta o como lo haríamos nosotros, obtener autonomía supone muchas veces ensayo y error, y no pasa nada, son perfectamente capaces. Y ya sabes, unas veces se gana y otras se aprende.
3. No ceder ante las rabietas de un niño o el enfado del adolescente: si hemos decidido que algo no debe ser, tenemos que mantenernos firmes en nuestra decisión, sino estaremos enseñando que la rabieta y el enfado es la manera de resolver los problemas, y tod@s sabemos que eso no ayuda en la vida.
4. Enseñar a ser perseverantes: Si el niño o el adolescentes aprenden que siendo perseverantes pueden resolver muchas cosas aprenderán también a manejar la frustración. En lugar de frustrarme voy a seguir intentándolo, mejor ¿no?.
5. Educar en la cultura del esfuerzo: Es muy importante aprender que es necesario esforzarse para conseguir nuestros objetivos y que el esfuerzo puede ser la vía para resolver nuestros problemas. Hoy no me ha salido esta tarea, pero voy a seguir esforzándome hasta que lo consiga. Tirar la toalla o resolverla los padres nunca debe ser la opción.
6. No tener miedo a decir NO: No pasa nada por decirles que NO  a nuestros hij@s, parece que nos da miedo que no puedan hacer todo lo que quieren y sacrificamos nuestra propia vida para que nuestr@ hij@ pueda hacer el plan que desea en cada momento. Parémonos a pensar ¿realmente es necesario tanto sacrificio personal? ¿no puede perderse hoy un cumpleaños o ir a casa de un amig@?, tampoco es cuestión del no por el no, pero de verdad, párate a pensar ¿cuántas veces has hecho el "pino puente" para que tu hij@ no se pierda nada?. A veces no se puede, y decir NO es un ejercicio sanísimo para tu hij@ y para ti. No te olvides que le estarás enseñando a tolerar la frustración. 

Está claro que la frustración forma parte de nuestra vida, cuanto antes aprendan nuestros hij@s a manejarla más felices serán. Así que ánimo y a la apasionante tarea de educar. 



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